Venerable Mártir Eudoxia

 

Santa Eudoxia era nativa de Samaría. Vivía en Heliopolis en Fenicia (al oriente de las montañas de Líbano y al norte de Palestina), durante el reinado del emperador romano Trajano (años 89-117). En su juventud era muy hermosa y esbelta. Llevaba una vida pecaminosa, vendiendo su cuerpo. Los ricos pretendientes y admiradores venían de diferentes países para ver a Eudoxia. Así con el tiempo ella se hizo muy rica y respetada por el poder local.

El Señor, queriendo salvar el alma de Eudoxia de la perdición eterna, hizo que un anciano monje, llamado Germán, visite el lugar donde vivía Eudoxia. Germán tenía la costumbre de leer en voz alta las Santas Escrituras. Casualmente Eudoxia escuchó cuando él leía las profecías sobre la segunda venida del Cristo y sobre el Juicio Final.

Lo que escuchó Eudoxia le causó una impresión muy grande y la desconcentró, porque ella comprendió que justamente a ella-pecadora la esperaba la penitencia que se profetizaba en la Biblia. Eudoxia conoció al monje Germán y supo sobre la fe cristiana y sobre la otra vida. Las palabras del monje cayeron sobre el pasto fértil. Ella empezó a creer en Cristo con todo su corazón y se bautizó. Donó todas sus riquezas a los pobres y se hizo monja en el monasterio más cercano.

Durante muchos años vivió en este monasterio y dedicó todos sus esfuerzos espirituales al ayuno, oraciones y a limpiar a su alma. Con los años ella alcanzó la madurez espiritual y fue elegida superiora del monasterio. Al asumir el cargo de superiora, Eudoxia empleó todos sus esfuerzos para hacer buenas obras. Ella daba ropa y alimento a los peregrinos, quienes visitaban el monasterio. Con sus oraciones curaba a los enfermos.

Así, durante 56 años Eudoxia se dedicaba a las buenas obras y a los esfuerzos espirituales. En el año 152, durante el reinado del emperador Antonino, ella terminó su justa vida como mártir. Por divulgar la fe cristiana calumniaron a Eudoxia de practicar brujería y superchería. Sin ser juzgada la llevaron al lugar de ejecución y ahí la decapitaron.

Así, santa Eudoxia, por sus esfuerzos monásticos, por sus buenas obras y por su muerte como mártir se hizo merecedora de la triple corona en el Reino Celestial.

 

Fuente: crkvenikalendar.com

 

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