Santa Eulalia de Barcelona

 

Durante una terrible persecución de cristianos en España, vivía allí la doncella Eulalia, nacida de padres cristianos en el pueblo de Barcelona. Completamente dedicada a Cristo como su único Desposado, y enteramente sumergida en las Santas Escrituras, Eulalia se disciplinó incesantemente mediante la mortificación voluntaria del cuerpo y el espíritu. Cuando vino a Barcelona el verdugo Daciano, que mató despiadadamente a los cristianos a través de España, Eulalia escapó de sus padres una noche y se presentó ante el verdugo. En presencia de muchas personas lo reprendió por matar a gente inocente, y ridiculizando a los ídolos sin vida abiertamente confesó su fe en Cristo, el Señor vivo. Enfurecido, Daciano ordenó que Eulalia fuera desvestida y golpeada con barras, mas la santa doncella mostró no sentir el dolor de sus tormentos por Cristo. El verdugo entonces ordenó que fuese atada a un árbol en forma de cruz y mandó que su cuerpo fuera quemado con antorchas. Entonces le preguntó el verdugo: «¿Dónde está Cristo ahora para salvarte?» Eulalia contestó: «Él está aquí conmigo, pero tú no puedes verlo a causa de tu impureza». En medio de horribles torturas Eulalia entregó su alma a Dios, y cuándo murió, la gente vio una paloma blanca salir de su boca. En ese momento, nevó inesperadamente, y la nieve cubrió el cuerpo desnudo de la mártir como una túnica blanca. Después de tres días, san Félix se acercó al lugar del martirio y lloró ante el cuerpo de Eulalia, que aún colgaba, y en la cara sin vida de la santa apareció una sonrisa. Sus padres, junto a otros cristianos, enterraron honorablemente el cuerpo de ésta santa doncella. Eulalia sufrió por su Señor y entró en el gozo eterno a principios del siglo IV.

 

Fuente: crkvenikalendar.com

 

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