San Paisios: Personas ingratas nunca están satisfechos. Se quejan de todo.

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(Editado por Stelios Koukos)

Cuando ves a personas quienes están muy preocupadas, inquietas, y tristes, aunque no les falta nada, debes saber que les falta Dios.

 

 

Si personas tienen todo – artículos materiales y salud – pero, en lugar de estar agradecidas a Dios, Le hacen pedidos absurdos a Él, estas personas están yendo hacia el infierno en una carretilla.

Si personas están agradecidas, están satisfechas con todo. Cada día, piensan en lo que Dios les ha dado y se disfrutan de todo. Pero si están ingratas, nada les complace. Se quejan de todo y están en de mal humor constantemente. Digamos que no agradecen la luz del sol y se quejan. El viento del norte viene y les congela. Ellos no quieren el sol; ellos quieren los escalofríos que trae el viento del norte.

¿Padre, qué quiere decir por eso? 

Quiero decir que si no reconocemos las bendiciones que Dios nos ha dado y nos quejamos en vez de estar agradecidos, padecimientos vienen y nos damos por vencidos.

No, de verdad quiero decir esto. Personas quienes tienen este hábito de quejarse deben estar conscientes de que Dios les dará un tortazo para que pueden, por lo menos, arreglar un poco el daño durante esta vida. Y si no reciben esta bofetada, esto es peor, porque entonces pagan por todo, de una vez, en la próxima vida.

¿En otras palabras, Padre, el quejarse puede convertirse en un hábito? 

Se convierte en un hábito porque quejarse engendra más quejarse y estar abatido te hace más abatido. Si siembras sufrimiento, cosecharás sufrimiento y almacenarás preocupaciones.

Si siembras adoración de Dios, de la otra mano, cosecharás gracia divina y bendiciones eternas. No importa cúantas bendiciones Dios les da a los que se quejan, ellos no las reconocen. Esto es por qué la Gracia de Dios les sale de ellos y tentaciones les acercan. Tentación siempre está cerca de ellos y sigue haciéndoles tropezar. Si estás agradecido, sin embargo, Dios te perseguirá con Sus bendiciones.

Estar ingrato es un gran pecado que trajo una reprimenda de Cristo: —¿No se quedaron limpios diez? ¿Dónde están los otro nueve?— Él dijo al leproso quien regresó para darLe las gracias. Cristo no le pidió agradecimiento para Si mismo sino porque sería bien para los mismos leprosos estar agradecidos.

 

Fuente: russian-faith.com

 

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