San Inocencio de Irkutsk

 

San Inocencio (bautizado Juan) pertenecía a la nobleza de Volinia, quienes se mudaron en el siglo XVII, durante el dominio polaco, a la provincia de Chernigov. Aquí nació Inocencio en el año 1680. Estudiaba en la Academia Eclesiástica de Kiev. Al recibirse se ordenó monje en la Laura de Kievo-Pechersk. En el año 1710, siendo monje-sacerdote Inocencio empezó a enseñar en la Academia eslavo-griego-latín, en la ciudad de Moscú. A los 9 años, como era el monje más instruido fue nombrado sacerdote catedralicio del barco “Sansón,” que estaba anclado en Reval (Tallinn). Después Inocencio fue promovido a ser sacerdote superior de la flota en la ciudad Abo — Finlandia, donde administraba al clero que se desempeñaba en los barcos. En el año 1721 fue nombrado como superior de la Laura Alejandro Hevsky.

Siberia, que fue conquistada por Ermak (Yermak) a fines del siglo XVI, se seguía poblando con los colonos rusos. Al principio del siglo XVIIl se presentó la necesidad de establecer para los colonos rusos-ortodoxos una especial diócesis en Siberia con la cátedra en la ciudad de Tobolsk. En el año 1650 el jefe de los cosacos Jabarov ocupó la ciudad china de Albasin, sobre la orilla izquierda del río Amur y de este lugar los cosacos controlaban toda la navegación sobre el río Amur. En el año 1685 los chinos con un gran ejército y artillería sitiaron a Albasin, en la desigual batalla murieron 150 cosacos y cerca de 300 fueron hechos prisioneros. Algunos cosacos con sus familias aceptaron la ciudadanía china. Después de esto, el emperador de China Kang-Hi (años 1662-1722) los recibió amablemente y los estableció en el corazón de China — en la ciudad de Pekín. Ellos fueron la base de la Misión Ortodoxo-Rusa en china.

En el año 1718 falleció el confesor de la comunidad ortodoxo-rusa en China y el Santo Sínodo envió al monje-sacerdote Inocencio para ocupar este cargo. En aquella época ya actuaba exitosamente la Misión Católica a la que patrocinaba el emperador Kang-Hi, (“Compañía de Jesús”) orden de los jesuitas, que fue fundado en el año 1539 por el hidalgo Basque don Ignacio de Loyola para difundir la religión católica entre los herejes y los paganos. Cuando el Sínodo comunicó al emperador Pedro I sobre la nominación del monje-sacerdote Inocencio en China como obispo el emperador decretó: “Ordenarlo como obispo, pero mejor sin nombrar las ciudades… para que los jesuitas no le hagan daño.”

En el año 1721 el monje-sacerdote Inocencio fue ordenado como obispo, en la presencia del emperador y unos días después salió como misionero, acompañado por una pequeña comitiva, entre el clero y el coro, en dirección a la ciudad de Irkutsk, donde llegó al año siguiente. Mientras tanto el gobierno chino, haciendo caso a los jesuitas, rechazó el visado a “la persona que pertenece al clero, al gran señor Inocencio,” quien fue obligado a vivir en el monasterio de la Trinidad en Selengín, cerca de la frontera china. La situación del obispo Inocencio fue muy difícil y el pidió ayuda al Sínodo.

A fines de agosto de 1727 el Santo Sínodo nombró a San Inocencio como obispo de Irkutsk y Nerchinsk. La cercanía con la frontera china, la gran extensión y poca población en la diócesis, la gran cantidad de diferentes etnias: buritas, mongoles y otros no cristianos… la falta de caminos y miseria hacían más difíciles el trabajo de San Inocencio. A raíz del descuido del Sínodo y de la emperatriz Catalina I, San Inocencio no cobraba su sueldo y sufría grandes privaciones. En estas condiciones, con magros ingresos del monasterio la Ascensión de Irkutsk se mantenían dos escuelas que el hizo establecer: rusa y mongol (mongólica).

San Inocencio se preocupaba constantemente por el buen funcionamiento de estas escuelas. Elegía a los maestros. Se ocupaba de que los alumnos tengan libros, ropa, alimentación. Sin descanso se ocupaba de la organización de su obispado y el fortalecimiento de la vida espiritual. Quedaron como testimonio sus prédicas, sus epístolas pastorales y resoluciones. Trabajando con privaciones San Inocencio conservó su firmeza espiritual. Fue conocido por su humildad y clarividencia. Durante el año 1727 en su diócesis hubo mala cosecha y se preveía hambruna por la sequía. Entonces en las iglesias de Irkutsk empezaron a oficiarse misas de acción de gracia para que llueva y Akathistos a la Madre de Dios. Predecía San Inocencio que las oraciones debían terminar el día de San Elías. Y efectivamente, el 20 de julio, el día del profeta Elías en Irkutsk hubo una gran tormenta con fuertes lluvias. El agua en las calles llegaba a las rodillas. Se terminó la sequía.

Durante la vida de San Inocencio empezó la edificación de la iglesia, hecha de piedra, en el monasterio de la Asunción, en reemplazo de la antigua que era de madera. Las fronteras de su obispado se ampliaban, pero San Inocencio no estaba bien de salud. A causa del clima duro y adversidades el falleció el 27 de noviembre de 1731 a la edad de 50 años. Lo sepultaron en el monasterio de la Asunción sobre el río Angara, a 1.06 km (5 verst). de la ciudad de Irkutsk.

En el año 1764, durante la reparación de la iglesia de Tichvin, se encontraron en el monasterio sus santas y olorosas reliquias y a partir de este momento empezaron las curaciones. San Inocencio ayudaba a la gente no solamente en Irkutsk, sino también en los lugares más lejanos de Siberia. En el año 1801, durante el reinado del emperador Pablo I, la Iglesia Rusa santificó a San Inocencio.

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