El Jerarca Tíjon de Zadonsk

 

El Jerarca Tíjon (Timoteo en la vida secular) nació en el año 1724 en el seno de familia muy pobre de un lector de salmos y oraciones en la iglesia de la aldea de Korozk (distrito de Valdai). Al poco tiempo de nacer quedó huérfano de padre. Su infancia y adolescencia transcurrieron en la mayor indigencia. A veces trabajaba el día entero para un vecino de su aldea, por un pedazo de pan. Por un hecho casual pudo evitar el reclutamiento como soldado, y entró a estudiar al seminario de Novgorod donde después fue perceptor. Algunos acontecimientos especiales, como su milagrosa salvación de un peligro de muerte y diferentes visiones, lo predispusieron para una vida monacal. En 1758 tomo los hábitos con el nombre de Tijon. Al año siguiente fue designado rector del seminario del Tvier, donde dictó un curso de teología moral. Los dictaba en el idioma ruso y no en latín como era habitual en ese entonces. A sus clases asistían no solo los estudiantes del seminario, sino, también numerosas personas ajenas.

En 1761, de treinta y siete años, el Jerarca Tijon, siguiendo un claro designio de Dios, fue elegido obispo. Durante de dos años fue vicario en Novgorod y alrededor de cuatro años (1763-1767) encabezó la cátedra de Voroniez. Durante todo el tiempo que duró en el obispado, fervorosamente predicó e impulsó a los sacerdotes que estaban bajo su mando a hacer lo mismo. En Voroniezh, desde los tiempos paganos, se realizaba la festividad en honor de Iarilo dios-idolo, durante las cuales se cometían numerosas inmoralidades. En una de esas ocasiones San Tijon llega imprevistamente a la plaza justo en el momento culminante del alegre desenfreno y comenzó a fustigar. A la gente sus palabras tuvieron tal efecto que la fiesta no se volvió a realizar nunca más.

Debido a tanto esfuerzo, se resintió la salud del San Tijon quien solicitó la renuncia de su cargo. Los últimos 16 años de su vida (1767-1783) los paso en el retiro de Zadonsk (el monasterio de la Virgen María de Zadonsk esta ubicado a orillas del río Don, al norte de la ciudad de Voroniezh). Todo su tiempo, en excepción de cuatro o cinco horas, lo dedicaba a la oración, la lectura de la palabra de Dios, a los asuntos de beneficencia y a la redacción de textos destinados a proporcionar ayuda espiritual a los fieles. Diariamente iba al templo. En su casa, con frecuencia hincaba las rodillas y, de sus ojos fluían abundantes lagrimas mientras, como el mas empedernido pecador, exclamaba: “Señor, ten misericordia! Señor ten piedad !” Como una necesidad para el alma, todos los días leía varios capítulos de las Santas escrituras (especialmente el libro del profeta Isaias).Al viajar siempre llevaba consigo un pequeño libro de salmos. Su jubilación, que consistía en 400 rublos, la destinaba a la beneficencia. También hacia lo mismo con todo lo que le regalaban.

Generalmente, vestido como un moje común, se dirigía a la cercana ciudad de Elets, donde visitaba a los detenidos en la cárcel. Consolándolos, los inducía al arrepentimiento y luego les daba una limosna. El Santo no tenía ninguna ambición de riqueza, era sumamente desinteresado; el ambiente en el cual vivía era muy sencillo y pobre. Al sentarse a la frugal mesa, frecuentemente se acordaba de los pobres que no tenían alimento y se acusaba de trabajar poco para la Iglesia. Entonces, amargas lágrimas brotaban de sus ojos. Impulsivo y temperamental por naturaleza, era sorprendente dulce y apacible. Se inclinaba ante su lego, pidiéndole perdón por alguna palabra que le pareció que era ofensiva. Trataba siempre de pagar con bondad cuando alguien lo ofendía.

En una ocasión, estando en la casa de un conocido, entabló una conversación con un noble influenciado por las ideas de Voltaire y tranquilamente, pero con tanta convicción, rebatió los argumentos del ateo que este hombre, siendo muy orgulloso, no pudo soportarlo y, en un rapto de ira, abofeteó al Santo. Entonces San Tijon se arrojó a sus pies pidiendo perdón por haberlo enojado. Esta actitud tan humilde del Santo, produjo tal efecto sobre el insolente y orgulloso ofensor, que se convirtió a la Fe Ortodoxa y, desde entonces, fue un buen cristiano.

San Tijon poseía el don de la clarividencia, como también el don de realizar los milagros. Además, leía los pensamientos de aquellos que conversaban con él. En el año 1778, cuando nació Alejandro I, el Santo predijo muchos acontecimientos que luego ocurrieron durante el reinado de este Zar. Entre ellos la salvación de Rusia del invasor Napoleón y su final. “Dios siempre escuchaba las oraciones del santo,” decía el hermano monje del Santo. A San Tijon le gustaba hablar con la gente común, pobre y humilde. Los consolaba en sus penas y les brindaba ayuda económica. Los niños del barrio vecino al monasterio lo visitaban y el Santo les enseñaba distintas plegarias y les regalaba dinero. Su muerte llena de beatitud fue el 13 de agosto del 1783.Tuviero que pasar 63 años para que se abrieran sus reliquias y, en el año 1861 fue canonizado. El mas difundido de los trabajos de San Tihon es ” El tesoro espiritual, del mundo recopilado.”

 

Fuente: crkvenikalendar.com

 

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