Confinamiento no da resultado contra COVID-19, puede aumentar el riesgo, afirma una investigación por la universidad Stanford

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Una investigación por la universidad Stanford afirma que órdenes obligatorios de confinamiento en casa y cierres de empresas —no tienen un efecto importante beneficioso— en el aumento de casos de COVID-19 y pueden resultar en infecciones más frecuentes en hogares de ancianos.

Investigadores en la universidad Stanford en California querrían evaluar cómo órdenes duros de confinamiento en casa influyen en el aumento de infecciones comparados con medidas menos restrictivas.

 

 FOTO ARCHIVADA © Getty Images / Hugh Hastings


 

Usaron información de Inglaterra, Francia, Alemania, Irán, los Países Bajos, España, Corea del Sur, Suecia, y de los EEUU, colectada durante las fases iniciales del pandémico en la primavera de 2020. Compararon la información de Suecia y Corea del Sur, dos países que no introdujeron órdenes de confinamiento duros en aquel tiempo, con información de ocho otros países.

Descubrieron que introducir cualquier intervención restrictiva no-farmacéutica como horas de trabajo reducidas, trabajando de la casa, y distanciamiento social ayudaron a frenar el aumento de infecciones en nueve de diez países, excepto en la España, donde el resultado —no era importante—.

Sin embargo, cuando compararon la propagación de la enfermedad en lugares con medidas menos restrictivas con los países que estaban bajo órdenes de confinamiento total, descubrieron —ningún efecto beneficioso claro ni importante— de tales órdenes en ningún país.

La investigación continua y sugiere que información empírica de las olas siguientes de infeciones muestra que medidas restrictivas no protegen a poblaciones vulnerables. —La proporción de muertes por COVID-19 que ocurrió en hogares de ancianos muchas veces era más alta— bajo restricciones más duras que era —bajo medidas menos restrictivas—.  También dice que hay indicios que sugieren que —a veces, bajo medidas más restrictivas, infecciones pueden ser más frecuentes en lugares donde viven poblaciones vulnerables comparado con la población general.—

La investigación admite que confinamientos en la primavera de 2020 eran necesarios porque la enfermedad estaba propagándose rápidamente y estaba inundando a sistemas de salud, y ni científicos ni médicos sabían el índice de mortalidad del virus. Sin embargo, señala los efectos dañinos a la salud potenciales de restriciones duras como hambre, falta de acceso a servicios médicos para enfermedades no-COVID, abuso doméstico, y problemas de salud mental, y los efectos de estos en la economía significan que los beneficios de restricciones duras podrían ser sobrevalorados y hay que estudiarlos con cuidado.

Los investigadores concluyen por decir que aunque no podían excluir unos —beneficios pequeños—, no podían encontrar ningún —beneficio importante— de medidas más restrictivas en la propagación de la infección. Dicen que —reducciones similares— se pueden lograr con —intervenciones menos restrictivas—.

Un número cada vez mayor de países han introducido órdenes de confinamiento de grados variados recientemente, respondiendo a aumentos en los números de infecciones. Dicen que unas variedades nuevas y muy contagiosas del virus son culpables.

Inglaterra, el país donde se detectaron una de las variedades nuevas, introdujo un orden de confinamiento que no tiene una fecha final para todo el país la semana pasada y ahora está considerando restricciones aun más duras mientras funcionarios del estado advierten que —las próximas semanas serán las peores del pandémico—. 

 

Fuente: russian-faith.com

 

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