Santo Príncipe Vladimir

 

El gran príncipe Vladimiro, Igual a los Apóstoles. Eran muy pocos los nombres en los anuarios de la historia que pueden comparar en significancia al nombre de San Vladimiro el Bautista de Rus, quien se encuentra a la entrada del destino espiritual de la Iglesia en Rusia y los Ortodoxos Rusos. Vladimiro era el nieto de Santa Olga y el hijo de Sviatoslav (+972). Su madre era la princesa Malusha (+1001).

La capaz muchacha Malusha se convirtió en Cristiana junto a la Gran princesa Olga en Constantinopla, pero conservo siempre un poco del obscuro misterio de los paganos de los bosques de Drevlyani. Ella se enamoro del astuto guerrero Sviatoslav, quien contra la voluntad de su madre Olga, convirtio a Malusha en su esposa. Olga se furiosa con el matrimonio de su hijo el cual considero impropio ya que Sviatoslav era el heredero del principado de Kiev y Malusha era entonces la sirvienta “cautiva” de Olga. Olga envío a Malusha a su región natal no muy lejos de Vybut y allí por el año 960 nació el niño con el nombre pagano Ruso de Volodimiro que significaba gobernante pacifico.

En el año 970, Sviatoslav había dividido sus territorios Rusos entre sus tres hijos. En Kiev Yaporlk era el príncipe, el centro de las tierras de Drevylani eran de Oleg y en Novgorod Vladimiro era el príncipe y gran pagano. El encabezo una campaña para combatir con el pueblo a Yaporlk el Cristiano. El 11 de Julio de 978, Vladimiro llego a Kiev asumiendo el puesto de “Unico Gobernante del Reino de Kiev” después de haber sometido las tierras de los alrededores algunas pacíficamente y las rebeldes con la espada.

Aunque Vladimiro se entrego el mismo a una vida salvaje y sensual, también se alejaba del libertinaje del cual tenia fama. El fue el pastor de su territorio con franqueza, valor y razón, fue un diligente patrón, amplio y defendió sus fronteras con armas cuando fue necesario y al retornar de sus campañas militares, el mismo se encargaba de organizar alegres fiestas para sus compañeros en todo Kiev.

Pero el Señor tenia otros planes para Vladimiro y “donde el pecado aumenta, la gracia abunda” en palabras del apóstol (Rom.5:20) “y sobre el llego una visita desde lo mas alto” y el ojo del todo misericordioso Dios bueno lo miro e ilumino su corazón inculcándole la capacidad de entender la vanidad de los engaños de los ídolos, y apelando Vladimiro al único Dios, el creador de todo lo visible e invisible.” La cuestión de aceptar el bautismo fue facilitada por circunstancias externas cuando el Emperador Bizantino se encontraba en una agitación bajo los golpes de los regimientos de Bardas Skliros y Bardas Focas quienes aspiraban a llegar al trono Imperial. Los Emperadores y los corregentes hermanos Basilio el matador Búlgaro y Constantino acudieron a Vladimiro pidiéndole ayuda.

Los eventos se desarrollaron rápidamente. En Agosto del 987 Bardas Focas se había proclamado como Emperador y comenzó su trayectoria contra Constantinopla. En el otoño de ese mismo año los emisarios del Emperador Basilio estaban ya en Kiev, Basilio había despilfarrado sus riquezas y se sintió obligado a formar una alianza con el Emperador de los Rusos (quien era su enemigo) pero por la ayuda los Emperadores Rusos formaron una causa común, según escribieron en una de las crónicas Árabe sobre los eventos en los 980’s.

Como recompensa por su ayuda militar, Vladimiro pidió la mano de Ana la hermana del Emperador Bizantino, pero para ellos, esto era algo muy audaz ya que ninguna princesa de linaje Imperial había sido permitida casarse con ningún” gobernante bárbaro” aunque fuese Cristiano. Al mismo tiempo el Emperador Oto el Grande también intento pedir la mano de la princesa Ana para su hijo, pero fue negada su petición y en el caso de Vladimiro, Constantinopla estaba obligada a acceder.

Cuando llegaron al acuerdo, Vladimiro tuvo que enviar a los Emperadores Bizantinos seis mil varegos y aceptar el Santo Bautismo como condiciones de recibir la mano de la hija Imperial. Estos eventos humanos fueron los que dirigieron la voluntad de Dios para lograr la entrada de los Rusos al pecho sagrado de la Santa Iglesia Ecuménica.

El gran príncipe Vladimiro acepto el bautismo y envío a sus asistentes militares a Bizancio y con la ayuda de los Rusos los amotinados fueron derrocados y Bardas Focas muerto. Los Griegos se sintieron felices por haber sido liberados pero no demostraron tener ningún apuro en cumplir con su promesa a Vladimiro.

Molesto por la duplicidad Griega, el príncipe Vladimiro no perdió tiempo en organizar sus fuerzas y avanzar contra Korsun la gran ciudad Griega de los antiguos Quersonesos. La “impenetrable” muralla del reino Bizantino en el mar negro fue derrotada por los Rusos. Esa ciudad era el eje de más importancia en la economía Griega y uno de los eslabones mercantiles de mas importancia para el Imperio. Ese golpe se sentido tan fuerte, que su eco resonó en todos los alrededores regionales de Bizancio.

Vladimiro una vez más tuvo la ventaja y con sus emisarios y sus comandantes Oleg y Sjbern llego a Constantinopla en poco tiempo para reclamar a la hija Imperial.

Pasaron ocho días durante las preparaciones del matrimonio de Ana y Vladimiro, sus hermanos la consolaban dándole a entender el importante significado y las oportunidades que se le presentaban para iluminar el reinado Ruso y sus tierras y convertir a los Rusos en aliados del reino Bizantino.

En Taruda, San Vladimiro la estaba esperando y a sus títulos se le agrego uno mas: Cesar (Zar). Los altivos gobernantes de Constantinopla aceptaron en otorgarle a su nuevo cuñado el escudo Imperial. Según los historiadores Griegos, San Vladimiro fue determinado en aquellos entonces como “El Rey del Poderoso Reinado” sus monedas al estilo Bizantino tenían su descripción con los símbolos de la grandeza Imperial con atuendos Imperiales y en su cabeza la corona y en su mano derecha el cetro con la cruz.

Juntos Vladimiro y la Emperatriz Ana llegaron a la sede Rusa, pero el Metropolitano Miguel quien había sido ordenado por el Santo patriarca Nicolás II Chysoberges, también llego con su sequito y su clero y con muchas reliquias y objetos de valor religioso y allí en Quersonesos se celebro el matrimonio y la coronación de San Vladimiro y la Bendita Ana. Ellos dedicaron sus vidas uno al otro afirmando sus votos en el Evangelio de Cristo en Rusia y Bizancio. El dote de la princesa fue devuelto a Bizancio, y en la primavera del 988, el Gran príncipe y su esposa viajaron por todo Crimea, Taman y las tierras de Azov las cuales eran entonces partes del nuevo reino y en regreso llegaron a Kiev siempre llevando con su corte los frecuentes servicios de acciones de Gracias, cánticos, cruces, iconos y santas reliquias. Parecía en esos tiempos como si la Santa Iglesia Ecuménica se movía por todo el vasto espacio de las tierras Rusas, renovándose en la pila del bautizo.
La Santa Rusia había salido adelante a conocer a Cristo y su Iglesia.

Un evento singular e inolvidable en la historia Rusa fue el Bautizo del pueblo de Kiev en las aguas del río Dniéper: La noche antes del bautizo de San Vladimiro, el le declaro a toda la ciudad: “Todos aquellos que no acudan a las orillas del río mañana, serán mis enemigos.” El sagrado deseo del Santo príncipe fue concedido sin ningún murmullo. “Toda nuestra tierra glorifico a Cristo con el Padre y el Espíritu Santo al mismo tiempo.”

Es muy difícil estimar la profunda transformación espiritual de los Rusos con las oraciones de San Vladimiro, por todo aspecto de su vida y de su visión mundial. En las puras aguas de Kiev, como si fuese un “baño de regeneración” se realizo una transfiguración sacramental del Espíritu del nacimiento de la nación Rusa por haber sido llamados por Dios y por los hechos imprevistos de servicios Cristianos a la humanidad.

“Entonces la oscuridad de los ídolos paganos comenzaron a cesar y el amanecer de la Ortodoxia renació con el sol del Evangelio iluminando nuestra tierra”. En conmemoración a este evento tan sagrado por agua y El Espíritu, la Iglesia Rusa estableció la costumbre de hacer una procesión anual “a las aguas” el día primero de Agosto. Después la fiesta de la procesión de la vivificadora Cruz de nuestro Señor, la cual la iglesia Rusa celebraba con la iglesia Griega, fue combinada con la fiesta de nuestro Salvador misericordioso y la Santísima Theotokos (establecido por San Andrés Bogoliubsky en el 1164). En esta combinación de fiestas se encuentra una expresión precisa de la conciencia teológica Rusa, para quienes el bautizo y la cruz no se separa.

Desde los primeros siglos del Cristianismo, era la costumbre de los Rusos de construir Iglesias sobre las ruinas de los santuarios paganos y también sobre la sangre derramada por los Santos Mártires y siguiendo esta practica, San Vladimiro erigió una Iglesia en honor a Basilio el grande en un monte donde anteriormente existió un santuario al ídolo pagano Perun, y en el lugar del martirio de los Santos Mártires de Varangan (julio 12) también se construyo una Iglesia en honor a la Dormición de la Santa Madre de Dios.

La época de San Vladimiro fue un periodo de gran importancia y formación de la Iglesia Ortodoxa Rusa, fue la época de unificación de las tierras eslavas y la formación de las fronteras en los estados Rusos.

El bautizo de Rusia bajo la Ortodoxia Bizantina fue un gran paso de definición como estado. El nombre y las obras del Santo Vladimiro Isoapóstol, al cual llamaron “El resplandeciente Sol” esta entretejidos con la historia sucesiva de Rusia. “Por el hemos llegado a conocer y adorar a Cristo, la luz verdadera” dijo Santo Hilario. Sus buenas obras continuaron por sus hijos, nietos y descendientes, al igual que gobernantes de las tierras Rusas por casi seis siglos hasta Yaroslav el sabio quien tomo los primeros pasos hacia la existencia independiente de la Iglesia Rusa como el ultimo de los Zares Rurikovichi (Teodoro Ioannovich) quien bajo su mando en 1598 convirtió a la Iglesia Ortodoxa Rusa en el quinto patriarcado independiente de las iglesias Ortodoxas autocefalas.

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