El aborto es asesinato

Fr. Joseph Gleason

 

Usted puede contratar a un asesino para matar a un niño inocente en una manera lenta y dolorosa, y aún millones de cristianos modernos le correrán a su defensa, protegiendo sus sentimientos, asegurándose de que nadie se atreve a hacerle responsable por sus acciones.

Muchos cristianos modernos tratan el aborto ligeramente. Esto incluye a muchas de las mujeres que llevan letreros, marchando alrededor de clínicas de aborto. Ellas están en contra del aborto, pero no creen que realmente es asesinato.

 

 

Todos los cristianos son pro-vida. Esto se debe ser obvio. Los que son pro-aborto se pueden considerar excomulgados. Soy sacerdote y no doy comunión sagrada a personas quienes son —pro-elección—.  Si una persona lo cree aceptable que una madre mate a su bebé todavía no nacido, entonces esa persona no tiene lugar en la Mesa del Señor.  Durante los años que he sido sacerdote, he sido muy claro sobre esto.

Los que son pro-aborto no son ni cristianos. Si van a la iglesia, lo hacen siendo hipócritas. Es imposible tener un corazón de arrepentimiento y fe en Cristo mientras está al mismo tiempo apoyando la despiadada masacre de niños inocentes. Todos los cristianos son pro-vida.

Tratando el aborto ligeramente

Tristemente hay muchos cristianos pro-vida quienes tratan el aborto ligeramente. Esto incluye a muchas de las mujeres que llevan letreros, marchando alrededor de clínicas de aborto. Ellas se oponen al aborto pero no creen que realmente es asesinato.

Uno de los ejemplos más llamativos de esto ocurrió hace unos años cuando Donald Trump dijo que mujeres deben estar castigadas por hacerse abortos. La reacción violenta desde la izquierda fue previsible y nada sorprendente. Lo que sí era muy llamativo era la reacción violenta enorme desde la derecha. Millones de personas quienes se llamaban —pro-vida— se sentían de repente ofendidas y enojadas porque él se atrevó a decir que a asesinas se las debe castigar.

Desafortunadamente, él respondió a la reacción con cobardía, inmediatamente retrocediendo. Él anunció que sólo quería castigar a los doctores que practican el aborto y no a las madres quienes los contratan por matar a sus bebés.

Cristianos deben estár horrorizados que hay aun un cristiano que piensa así.

La gente pro-aborto fácilmente puede ver la hipocresía en mucha gente que se llama pro-vida. Por ejemplo, considere las palabras cáusticas en este pasaje de “Aborto es asesinato?“, un artículo por columnista liberal Clay Jones:

—El grupo de presión anti-elección es el grupo más deshonesto en la política americana hoy…Durante años los perros rabiosos del grupo anti-elección han descrito el aborto como asesinato. Ellos dicen que el aborto es matar a un bebé. Supongo que una persona que mata a un bebé es un asesino. (Sin embargo) cuando Trump hizo su metida de pata por decir que a mujeres que abortan se las deben castigar, todos los anti-elección se distanciaron de su declaración.

Y entonces con mucha claridad, Jones hace la pregunda de mil dólares:

—Pero ¿Cómo se puede definir algo como asesinato, querer clasificarlo legalmente como asesinato, pero decir que las madres no son asesinas?—

De verdad, enfrentando una pregunta tan directa, muchos conservadores se deben quedar sin palabras. Madres están matando a sus propios bebés. Si lo creemos asesinato o no.

Si el presidente hubiera hecho una de las siguientes declaraciones, hubiera recibido aplausos:

  • Los que violan a niños necesitan ser castigados.
  • Los que trafican a niños necesitan ser castigados.
  • Los que  who secuestran a niños necesitan ser castigados.
  • Los que llevan armas a escuelas para masacrar de niños necesitan ser castigados.
  • Los que torturan, abusan, y matan a niños necesitan ser castigados.

Dichas declaraciones tienen sentido común, son non-controvertidas, y la mayoría de gente en la planeta está de acuerdo con ellas. Si viola, tortura, abusa, o mata a niños, entonces  usted necesita pagar las consecuencias.

Pero parece que hay una excepción. Aparentemente la edad del niño es importante a algunas personas. Si el niño es demasiado joven, entonces se puede pagar a alguien a envenenar, quemar, machacar, o desmembrar al niño, rasgándolo miembro de miembro. Se puede contratar a alguien para inyectar químicas a su útero, quemando severamente los pulmones y la piel del niño, durando una hora o más llevarlo a una muerte lenta y dolorosa.  Se puede pagar a un hombre a acuchillar la cabeza de su bebé con un cuchillo, aspirar su cerebro con una aspiradora, derrumbar su cráneo, y sacar y echar en la basura lo que queda de su bebé. Usted puede hacer todo esto y no ser llamada asesina. 

Usted puede pagar a un matón para torturar y matar a un niño inocente en una manera lenta y dolorosa y aún millones de cristianos modernos le correrán a defender a usted, protegiendo sus sentidos, haciéndose seguros de que nadie atreve a hacer responsable a usted por sus acciones.

Un criminal mató a un niño

El Santo Nicholai Velimirovic relata la siguiente historia de un hombre quien masacró a un niño inocente, mostrando cómo uno se tiene que esforzar mucho para limpiar una conciencia manchada de sangre:

Es algo horrible matar a un hombre. No hay palabras para describir el horror que lo agarra al asesino. Mientras un hombre se está preparando para matar a otro, piensa que matando a un hombre es igual a matar un buey. Cuando lleva a cabo su crimen preconcebido, entonces, muy de repente, se da cuenta de que ha declarado la guerra en el cielo y la tierra y que ha sido exiliado de ambos el cielo y la tierra. La víctima no le da paz ni día ni noche.

Un criminal conocido le vino a Zosimus en Sinai y le rogó torsurarlo como monje. Zosimus le dio el hábito monástico y lo envió al monasterio de Dorotheus el Vernerable cerca de Gaza para vivir una vida de ascetismo cenobítico.

Después de nueve años el criminal tonsurado regresó al Santo Zosimus, le devolvió su hábito monástico y buscó su ropa seglar. Contestando la pregunta de por qué hizo esto, el criminal contestó que durante nueve años había rezado fervientemente a Dios, ayunado, vigilado, y cumplido todas las acciones de obediencia y que sentía que muchos de sus pecados le habían sido perdonados, pero uno de sus pecados le seguía atormentando continualmente.

Él había matado a un niño inocente hace tiempo, y ese niño le estaba apareciendo día y noche, preguntándole —¿Por qué me mataste?—

Por eso había decidido irse y entregarse a las autoridades para que lo ejecutieran y así retribuir sangre por sangre.  Vistiéndose en su ropa seglar, fue al pueblo de Diospolis donde admitió su crimen y fue descapitado. Así por su sangre, él se lavó de su pecado sanguiente.

— Santo Nikolai Velimirovich, Prólogo de Ohrid, 4 de junio

Es importante entender las palabras de este santo y el contexto en lo que las usa. No está sugeriendo que la sangre de Cristo no es suficiente para lavarnos del pecado y que la sangre de este asesino tuvo que ser derramada en su lugar. Eso sería un malentendido total de las palabras del santo.

Dentro del contexto del Prólogo de Ohrid, es entendido que sólo Cristo puede perdonar los pecados. Sólo su sangre puede quitar el pecado para siempre. Sin embargo, si quiere recibir el bien de perdón por la sangre de Cristo, es necesario que se arrepienta de sus pecados. Y el arrepentimiento se trata de mucho más que sentirse mal y decir —Lo siento—.

Arrepentimiento verdadero requiere actos rectos y un cambio completo de vida. Si no quiere arrepentirse, y sus acciones no muestran el fruto del arrepentimiento, entonces sus pecados no serán quitados. Si sus acciones no demuestran arrepentimiento, entonces no se puede salvar.

¿Y qué son ejemplos de arrepentimiento verdadero? Frecuentemente tienen que ver con hacer el opuesto de su pecado. Por ejemplo:

  • Si era glotón, ahora es necesario ayunar, rezar, y ejercitar el auto-control.
  • Si era ladrón, ahora es necesario ganar dinero honradamente y donarIo todo de su propia voluntad por amor al prójimo.
  • Si era mentiroso, ahora tiene que hablar honradamente.
  • Si era cobarde, ahora tiene que decir la verdad audazmente y sin miedo.
  • Si era inmoral sexualmente, ahora tiene que negar los placeres físicos a su cuerpo por ayunar, rezar, y hay que resolver firmemente no albergar pensamientos no limpios en su mente y ningún imagen impuro ante sus ojos.

En la historia de arriba, contada por el Santo Nicholai Velimirovic, una persona mala había matado a un niño inocente y les había fugado de las autoridades. A pesar de que este hombre se convirtió en monje y pasó 9 años viviendo en arrepentimiento, no era suficiente. Dios no permitió que la conciencia del hombre le diera paz hasta que se entregó voluntariamente a las autoridades y sufrió por voluntad propia la pena de muerte por su crimen.

Por llevarse toda la responsabilidad por su crimen, ultimamente demonstró los actos de arrepentimiento que eran necesarios. Y porque mostró el fruto de arrepentimiento, Dios de buen grado le perdonó de su pecado.

Tomando el aborto en serio

El criminal se arrepentió totalmente y consiguió redención porque tomó en serio el asesinato. Aceptó completamente el peso de su pecado y así pudo arrepentirse bien. Pasó los últimos años de su vida en un monasterio y sufrió la muerte por voluntad propia como pena por su crimen. —Su pecado era grande, entonces también era grande su arrepentimiento.

Si mujeres que han abortado quieren experimentar la redención, tienen que arrepentirse completamente primero. Y no se pueden arrepentir bien hasta que admitan el peso total de lo que han hecho. No se están arrepentiendo solo por un accidente, un error, o una equivocación. Se están arrepentiendo por el asesinato preconcebido de un niño inocente en el primer grado.  Tienen que admitir esto. Nada menos es suficiente.

Si viviéramos en una sociedad cristiana, donde masacrar a niños no nacidos fuera ilegal, entonces una mujer podría hacer lo que hizo el criminal en la historia de arriba. Podría entregarse a las autoridades y sufrir la pena debida por el asesinato. Con corazón arrepentido, con dolor por sus pecados, podría recibir absolución total de un sacerdote. Y mientras saliendo de esta vida, podría descansar en paz, entrando en la presencia del Señor con una conciencia limpia, totalmente perdonada.

Pero hoy, ¿qué debe hacer una mujer que verdaderamente se arrepiente? Si se entregara a las autoridades, no haría ningún bien. Ellos reclamarían que masacrar a inocentes es —legal— y que no había hecho nada mal. En una sociedad así atea, ¿qué puede hacer ella? ¿Cómo puede mostrar su arrepentimiento?

Su pecado es grande. Así su arrepentimiento también hay que ser grande.  Mientras las formas específicas de arrepentimiento son diferentes para cada persona individual, hay algunos ejemplos que se pueden sugerir. Dios sabe que no hay oportunidad para ella entregarse a las autoridades. ¿Entonces, qué se puede hacer? Hay algunas opciones:

  • Admita su culpabilidad públicamente. — Porque asesinó para esconder un secreto penoso, puede arrepentirse por admitir lo que hizo públicamente. No lo eche azúcar. Diga a la gente que mató a un niño inocente. Hábleles de los horrores del aborto. Ruégueles  que no hagan lo que usted hizo. Cuando la gente intenta hacer más suaves sus palabras, llamándolo algo menos que asesinato, no lo acepte. Insista que la gente lo llame exactament qué es: el asesinato preconcebido de un inocente.
  • Venda todo lo que tiene y use el dinero para salvar a niños. — Porque sacrificó la vida de un niño para que no sufriera inconveniencia, se puede arrepentir por causarse molestias por voluntad propia, donando todo su dinero por la causa de salvarles la vida a niños. No compre los zapatos nuevos o la beuna vacación. Use cada recurso disponible para ayudar a mujeres a hacer una elección mejor que la suya.  Si conoce a algiuen que está considerando el aborto, ofrecza pagar sus cuentas médicas. Ofrezca comprarle los comestibles. Ofrezca adoptar a su niño.
  • Adopte a muchos niños. — Porque asesinó a un niño para huir de la responsabilidad y maternidad, se puede arrepentir por echarse encima muchas responsabilidades, sacrificando su dinero y su tiempo, rescatando a niños abandonados y criándolos diligentemente para amar al Señor Jesús Cristre
  • Entre en un monasterio. Sea una monja. — Porque le robó la vida a otro ser humano, se puede arrepentir por dedicar el resto de su vida a obediencia religiosa. Por haber vivido antes en inmoralidad sexual, se puede arrepentir por pasando el resto de su vida como célibe por voluntad propia. Dedique todos sus años restantes a humildad, ayuno, oración y arrepentimiento.

Estas opciones no son mutualmente exclusivas. Una mujer puede admitir públicamente su culpa y también adoptar a muchos niños. Y si adopta a niños, esto no le impide ser monja cuando los niños sean adultos. Hay muchos santos cristianos ortodoxos quienes criaron a sus hijos hasta ser adultos y entonces pasaron los últimos años de sus vidas en monasterios.

Importante: Hay muchas maneras en las que la gente demuestra arrepentimiento. Dios trata individualmente con las personas diferentes. No todas las mujeres pueden ser monjas y todas no pueden adoptar. Esta lista no es exhaustiva. Esta lista sólo da ejemplos. El punto es que su vida necesita cambiarse. Debe ser claro que se ha arrepentido de sus pecados en el pasado y que no tiene intención de volver a hacerlos.

Horror insuficiente

Si una mujer joven en su pueblo agarró a una niña de tres años, la degolló, drenó su sangre, y echó su cuerpo sin vida en la basura, todos estarían completamente horrorizados. Hasta que estemos tan horrorizados y afectados por la tortura y asesinato de niños inocentes en útero, nunca responderemos apropiadamente al crimen del aborto.

Si no estamos suficientemente horrorizados por el aborto, nunca tendremos éxito en erradicar el aborto. Tenemos que responder a este asesinato en la misma manera en la que respondemos a cualquier otro asesinato.

Si una mujer en su pueblo le asesinó a una niña de tres años, ¿cúales excusas aceptaría? ¿En cúales circunstancias la dejaría ir libre? Supongamos que ella dijo la siguiente:

  • —Soy demasiado joven. No estoy preparada para ser madre ahora. Por eso tuve que matar a mi hija.—
  • Perdí mi trabajo.  No me alcanza el dinero para alimentar a mi hija. Por eso tuve que matarla. 
  • —No les gusta mi hija a mis padres y a mi novio. Ellos me presionaron mucho para deshacerme de ella.
  • Fui violada. Mi hija se parece mucho al violador y ya no lo puedo soportar más. Por eso tuve que matarla.—
  • —Mi hija fue el resultado del incesto. El padre es alguien en mi propia familia. Tenía tanta vergúenza. Por eso tuve que matarla.—
  • —Toda mi vida está por adelante. Quiero ir a la universidad y tener un buen trabajo. Pero siempre estoy cuidando a mi hija. No puedo realizar mis sueños. Por eso la tuve que matar. 

Si le dio unas de estas excusas a usted, ¿cómo respondería? —O, está bien. Esta es una buena razóñ por desgollar a una niña de tres años. Entiendo totalmente. ¡No hay problema!— ¿Así respondería? De ninguna manera.

Entonces ¿por qué acceptamos estas excusas de madres que matan a sus bebés no nacidos?

Redención completa

Mientras que es un pecado tratar ligeramente al pecado, también es pecado perder la esperanza. El asesinato es serio pero no es imperdonable. Cualquier persona que viene a Cristo con humildad y arrepentimiento es perdonado totalmente y es absolutamente necesario que recordemos esto.

Si una persona se arrepiente de violar a un niño, abusar a un niño, secuestrar a un niño, o asesinar a un niño, entonces tenemos que perdonar a esa persona. Cualquier persona que viene a Cristo con arrepentimiento puede ser perdonado por cualquier pecado. Tenemos que acoger a esa persona como miembro del Cuerpo de Cristo y no debemos condenar a esa persona por sus pecados del pasado. Debemos  amar y aceptar a esa persona en la misma manera en la que Cristo lo hace.

Si usted misma ha asesinado a un niño -si usted ha abortado- entonces usted  necesita admitir completamente lo que hizo. Necesita ofrecer arrepentimiento total, completa, y profunda. Y entonces necesita aceptar el milagro de la merced de Cristo, reconociendo que aun perdona a asesinos. Justo como quitó el pecado del Rey David, y justo como quitó el pecado de Saúl [quien se convirtió en el apóstol Pablo], también puede quitar su pecado a  usted.

El sendero a la redención completa viene no por minimizar el pecado sino por enfrentarlo. Dios perdona a los quienes se arrepienten. Y no se puede arrepentir adecuadamente hasta que primero admite la gravedad de su pecado.

Que Dios nos conceda el arrepentimiento a todos nosotros.

Padre Joseph Gleason

 

Fuente: russian-faith.com

 

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