Gran Fiesta de Epifanía año 2018 en la parroquia de San Nicolás de Serbia, Chile.

El día viernes 19 de Enero, la parroquia de San Nicolás de Serbia, en Santiago de Chile, celebró la Gran Fiesta de la Epifanía en la Iglesia de la Santísima Virgen María (Patriarcado de Antioquía), encabezada por su párroco el reverendo padre Dusan Mihajlovic, quien ofició la Divina Liturgia, y a la Gran Bendición de las Aguas.

 

 

A pesar de que en este año, la Fiesta sucedió en un día hábil de la semana, muchos feligreses asistieron a la Divina Liturgia y a la consagración de agua, quienes aprovecharon de llevar su porción no sólo para ellos, sino que también para sus colegas y amigos que no pudieron asistir a los oficios efectuados en el templo. Entre los presentes se encontraban representantes de la Embajada de Rusia en Chile, así como también varios chilenos que se están preparando para recibir el santo sacramento del bautismo; esta vez fue la primera vez que presenciaban el rito de la Gran Bendición de Agua, que es por la Gracia del Espíritu. El agua bendecida no se deteriora durante el año, o incluso más tiempo. Para ellos era muy importante ver con sus propios ojos y asegurarse de que, además de las oraciones de nuestra santa Iglesia ortodoxa, el sacerdote no usa los fondos adicionales y no añade nada especial en el agua durante la bendición.

Como dice San Justino Popovic de Chellius en su conversación:

“El Señor Jesucristo santifica directamente el agua, porque ninguna de las personas puede hacer esto. Ninguna de las personas, ni toda la raza humana puede lograr este milagro, ninguna ciencia, ningún laboratorio científico puede purificar el agua para que nunca se eche a perder. Y el agua más purificada en la farmacia se deteriorará dentro de un cierto tiempo. Pero el agua de la Epifanía, el agua que el sacerdote consagró, no se echará a perder jamás.
Este es un milagro que el Señor salvó dos milenios hasta hoy y hasta el Juicio Final. Y cuando tú u otra persona dudan y dicen: “¿Cómo creo que Cristo es el verdadero Dios?” ¿Quién puede decirme esto? “Dile:” Mira, aquí está el agua bendita. Muestra y prueba que Cristo es el verdadero Dios. ¿Quién lo hará no perecedero? Quién? Solo Él, el Único Dios Verdadero. Ninguna de las personas”. El sacerdote mismo como hombre no podía hacerlo. Pero él está consagrado … el rostro de Dios santifica el agua bendita y el Señor Cristo a través de él hace que esta agua sea pura y no perecible”.

Por lo tanto, esta gran fiesta tiene un significado especial para todas las parroquias ortodoxas que se dedican a la obra misionera, como evidencia concluyente de la acción del Espíritu Santo en nuestro mundo material, que se repite año tras año y es una clara evidencia de su presencia en la Iglesia ortodoxa.

Foto y video: Elena Lanina

Traducción: Eduardo Medél

 

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