Felicidad absoluta o sufrimiento: ¿Qué escogerás?

Vladimir Basenkov (Pravmir)

 

Sorprendentemente, la gente usualmente escoge voluntariamente el sufrimiento y lo considera felicidad absoluta.

 

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En el Evangelio de Lucas, el Sermón de la Montaña que dio Cristo es un poco más corto que es en el Evangelio de Mateo. Pero por la otra mano, el Apóstol describío el mismo número de -mandamientos de sufrimiento- contra las cuatro bienaventuranzas. Por contraste, es más fácil entender lo que verdaderamente le hace feliz a una persona y le permite volverse como Dios, y lo que daña y priva de la plenitud de la vida eterna.

Cuando oímos las palabras de Cristo —Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios. — (Lucas 6:20), podemos tener sentimientos contradictorios. La interpretación más sencilla que ha venido a mente durante todas las épocas es la exaltación del Señor de pobreza literal. Y hay algo en esto: ambos Cristo Mismo y Sus apóstoles no eran ricos, además, dejaron todo y Le seguían a Él. Pero este mandamiento no se trata de pobreza y riqueza, sino del estado de una persona. ¿Necesita él o ella a Dios? Si la respuesta es sí, entonces está en el sendero a la felicidad absoluta. Sin un hambre interior para Dios, es imposible llegar al Reino de los Cielos. El estado de soledad, la falta de aire espiritual, y la búsqueda para otra realidad testifican al hecho de que una persona, no importa quién es, se siente incómodo en este mundo. Pobreza espiritual es el sentimiento que extrañamos absolutamente a Dios, y sentimos que sin Él no hay felicidad en la vida.

Pero los -ricos- a quienes Cristo promete sufrimiento son seguros de sí mismos y son egoístas arrogantes quienes están convencidos de que ellos lo tienen todo y que se han establecido muy exitosamente en la vida. El Salvador no llamaron a estas personas ricas para nada. La riqueza material y especialmente la abundancia crean un sentido falso de seguridad en su autoabastecimiento y exclusividad. Es más, es fácil caer en esta trampa: muchas cosas se pueden comprar con dinero y muchas cosas se pueden vender. Pero no te debes engañar porque todas la personas tienen el mismo fin. Pero cuando llegas a este fin, recursos espirituales y no materiales serán evaluados. Y la pregunta es, ¿quién ha adquirido qué en su vida?

—Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados.— (Lucas 6:21). En esta frase, el pensamiento del Señor sigue, como en el mandamiento antagonista sobre los saciados. Los hambrientos no más simplemente quieren encontrar a Dios, sino como una persona hambrienta cuyos reflejos están activados, ellos buscan comida enérgicamente. Oración, la Palabra de Dios, literatura espiritual, conversaciones con otros creyentes, participación en los sacramentos y en el más importante de ellos – la Eucharistía – estos son el pan del Cielo con que un Cristiano hambriento no puede llenarse bastante. Por contraste, peronas encariñados con el mundo, quienes buscan entretenimiento y diversión, incluyendo por movimientos religiosos, cultos y filosofías, piensan que ya han visto todo. La vida espiritual o mejor dicho su simulacro no es nada más que otro juego divertido para ellos. Tratan todo de la perspectiva de consumidores,  no benefactores. No es sorprendente que una vista superficial y un pasatiempos a corto plazo son bastantes para que ellos pierden el interés en la religión también. Los saciados confian en que lo tienen todo. Esto es un gran error. Hambre para Dios es insaciable en la vida terrenal. Pero en el Reino de Dios, todo cambiará.

Como en el caso de los pobres en espíritu, la frase de Cristo —Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.— (Lucas 6:21) también puede causar que surgen preguntas al principio. Pues, ¿qué tipo de felicidad absoluta es llorar constantemente? Se debe saber que aquí estamos hablando del lloro arrepentido, que no siempre viene acompañado por lágrimas. Contrición del corazón es una admisión amarga de su pecado o un error espiritual. Confesar sinceramente a Dios y a sí mismo que ha cometido mal, grande o pequeño, lleva a purificación y uno puede recibir perdón y cambiar su manera de pensar. Arrepentimiento es limpiar a una persona de lo negativo. En este caso, todo tiene sentido. Para lograr la felicidad, tienes que limpiarte de todo lo que te traía infelicidad. Así, el pecador arrepentido llora por haber insultado a Dios y por haberLe ahuyentado. Admite que Dios es la fuente verdadera de felicidad y que se ha privado de tal felicidad por su pecado. Todo tiene sentido.

Pues, los mismos -ricos- y -llenos-, por supuesto están felices con su autoabastecimiento y se sienten bien. Sonríen, parecen ser exitosos y alegres. Pero tienes que admitir que algo se siente forzado en las expresiones de tales positivistas afortunados. Su buen humor puede parecer una carga para sus compañeros. Sí, ellos simplemente se convencieron que se sienten tan bien. De hecho, simplemente aceptaron el pecado dentro de sí mismos. Parecen positivos pero nosotros no nos sentimos iguales caundo estamos con ellos. Es porque su felicidad es artificial. Felicidad verdadera siempre se extiende a todos alrededor.

No es sorprendente que el choque de dos espíritus, el espíritu de Dios y el espíritu del mundo resultarán necesariamente en oposición porque son diametralmente opuestas. Cristo fue crucificado, los apóstoles y los primeros Cristianos fueron perseguidos, y tras la historia, por su fe en el Señor Crucificado, gente ha sido perseguida ambos en gran escala o en un nivel cotidiano con violencia satánica. Pero esto es bueno, según el Salvador, porque estamos en el sendero correcto y seguramente recibiremos una recompensa en el Cielo por eso. Esta recompensa es que la felicidad absoluta será eterna en un mundo sin enfermedad, tristeza ni lamentaciones.

 

Fuente: russian-faith.com

 

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